El hashtag cumple 10 años, ¿símbolo de una nueva era o postureo?
El hashtag, esa herramienta de nombre casi impronunciable que nos acompaña día tras día en nuestras publicaciones en redes sociales, cumple hoy diez años. Cada día, desde entonces, se comparten 125 millones de hashtags en Twitter en todo el mundo. Twitter fue el lugar donde nació este curioso símbolo, en forma de almohadilla. Una década de etiquetas, palabras clave, con las que intentamos agrupar los temas que más nos interesan. Este tweet de Chris Messina lo empezó todo.
how do you feel about using # (pound) for groups. As in #barcamp [msg]?
— ⌗ChrisMessina (@chrismessina) 23 de agosto de 2007
Chris Messina, diseñador de Google, es el ‘culpable’ de la creación del hashtag. En 2007 tuvo la idea de crear un símbolo para reunir, en una misma pantalla, temas comunes de discusión para tenerlos debidamente ordenados. Está claro que Messina no tenía ni idea, 10 años después, de que el hashtag iba a convertirse en un elemento mainstream del uso de Internet. Todos usamos los hashtags: en nuestras fotos de Instagram para ganar seguidores, en actos de solidaridad para apoyar una causa… Aunque, también, para trolear y acosar a gente que tiene la mala pata de equivocarse con según qué publicaciones en redes. Un arma de doble filo que el propio Messina no tuvo a bien de patentar.
La almohadilla: un arma de doble filo
Las marcas pronto se dieron cuenta del impacto social de un buen hashtag. Twitter los maneja para informar sobre un tema candente o de actualidad. En base a ellos, se construyen campañas de marketing, modificando así las estrategias de publicidad que hasta ahora se venían realizando. Y todo gracias a una simple almohadilla. Si bien Twitter fue la pionera, Facebook intentó abrazar también la versatilidad del hashtag para agrupar, como decíamos, temas de interés.
Según informa, no sin cierta sorna, The Next Web, muchas de esas campañas basadas en hashtags han sido tremendamente populares, precisamente, por lo erroneo de su construcción. Solo basta recordar #Susanalbumparty, con motivo del lanzamiento del nuevo disco de Susan Boyle. Por otro lado, las empresas son incapaces de predecir el manejo que harán de su hashtag los usuarios de las redes. Un hashtag tan inocente como McDstories, creado por McDonalds para que sus clientes informaran de historias divertidas, dio paso a todo un carrusel de desastres relacionados con la compañía de comida rápida.
Ate a McFish and vomited 1 hour later….The last time I got McDonalds was seriously 18 years ago in college….. #McDstories
— RSYP (@stilettochemist) 24 de enero de 2012
¿Herramienta sincera o simple postureo?
Como decíamos, el hashtag puede ser una utilidad realmente interesante para acceder, de un modo muy rápido y sencillo, a los temas que más nos interesan, así como para saber de qué se habla en ese momento. A medio camino entre el buen uso y el mal uso (el acoso y el bullying) se encuentra la utilización del hashtag como simple y mero método de promoción personal. Sobre todo, lo hemos visto en Instagram. Una manera rápida de encontrar nuevos seguidores es la de aplicar hashtags indiscriminados en una publicación. Si subimos una foto de un gato, no faltará quien coloque 10, 12 o más hashtags, con la simple intención de atraer a potenciales seguidores. No entramos en si es ético o no, pero sí que este (ab)uso puede desvirtuar las intenciones primigenias del hashtag.
Así, podemos concluir que el hashtag es una herramienta poderosa que funcionará mejor o peor según las manos que la coloquen. Como en las redes sociales, somos completamente responsables de lo que escribimos. Y en esa resposabilidad radica que el hastag se convierta en una herramienta útil, que ayude en determinadas situaciones, o que caiga en el saco roto del bullying y el acoso. Está en tu mano darle un sentido u otro.
Puedes participar en la celebración de estos 10 años de hashtag incluyendo, en tus publicaciones en Twitter y otras redes sociales #Hashtag10.
Articulo en origen en Tu Experto