La UE multará a las redes sociales que permitan contenido extremista

La Unión Europea quiere que las redes sociales estén libres de contenido extremista, de odio, paramilitar, xenófobo, racista, etc. En definitiva, lo que quiere nuestra comunidad es que en Facebook y YouTube, por citar dos de las redes más populares, no haya cabida para este tipo de material que incita al odio entre las personas. Y no solo eso. Ha enviado un mensaje muy claro y directo a los directivos de las empresas (ojito, Mark Zuckerberg): si el material ofensivo no es radicalmente eliminado en menos de una hora tras su publicación, la empresa será multada.

Mano dura para el contenido ofensivo en Internet

Así lo ha publicado recientemente el medio Financial Times, dejando clara la postura de la comunidad europea ante la proliferación de este tipo de material tóxico en las redes sociales. Si antes se dejaba en manos de la propia red el eliminar el contenido inapropiado, ahora la UE no ha dudado en tomar partido activo, advirtiendo que si en menos de sesenta minutos no se borra el post, la red social en cuestión será multada. Julian King, comisario de seguridad de la Unión Europea, asegura que las nuevas normas se aplicarán, también, a cualquier página web, sea del tamaño que sea, y que éstas ayudarán a crear seguridad jurídica para las plataformas.

Las plataformas a las que hacemos alusión tienen en la Inteligencia Artificial su principal aliada. Ésta aprende del contenido ofensivo, basado en textos e imágenes, para identificarlo y agruparlo como inapropiado, de un modo más rápido y eficiente que si se encargara un equipo humano. Por un lado, el movimiento realizado por la Unión Europea es lógico, no debiéndose admitir contenido que propague el odio a través de las redes sociales. Por otro, nos topamos, como siempre, con una cuestión de ámbito moral y que entronca, directamente, con la libertad de expresión de cada uno de nosotros. No podemos apelar al sentido común para delimitar lo que es ofensivo y lo que no, y los límites deben estar bien establecidos para no caer en la censura. Una censura que puede venir alentada por intereses comerciales que no tienen nada que ver con la seguridad del internauta.

El caso Alex Jones

En las últimas semanas hemos asistido a un movimiento conjunto, en el campo de las redes sociales, y en relación al contenido vertido en las mismas y los límites de la libertad de expresión. Alex Jones era eliminado, de manera radical, de Facebook, Twitter, Google y Apple. ¿Que quién es Alex Jones? Un tipo bastante peculiar, por no decir ofensivo e incluso peligroso. Alex Jones es propietario de Infowars, un podcast en el que el propio Jones expulsa sus proclamas ultraderechistas, repletas de las teorías conspirativas más locas y ofensivas que se nos puedan ocurrir. Al parecer, Alex Jones ha sobrepasado la línea roja que, hasta el momento, parecía  más bien difusa en cuanto a lo que se podía decir y lo que no. Ni en Spotify se puede encontrar ya un episodio de su controvertido programa. Visto y no visto, como si se le hubiese tragado la tierra.

Alex Jones, desde su púlpito personal, lanzaba teorías tan descabelladas como la que decía que Hillary Clinton albergaba una red de pedofília en el sótano de una pizzería en Washington; o que las víctimas de los tiroteos en escuelas públicas son actores, contratados por el partido demócrata para dar alas a una posible revocación del derecho del americano a llevar armas.

El ostracismo al que ha sido enviado Alex Jones ha sido celebrado por la mayoría de la opinión pública, aunque, a su vez, lanza un debate al que hacíamos alusión antes. ¿Quién decide qué es lo que se puede decir, qué no es ofensivo para las personas? Y, repetimos, aludir a eso que llamamos ‘sentido común’ es bastante peliagudo.

Via | The Next Web

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